Los microplásticos se han convertido en un problema cada vez más relevante, debido a la creciente preocupación por la contaminación plástica y sus efectos ambientales. Las investigaciones se han centrado en la biodegradabilidad y las formas de fortalecer dicho atributo, sin embargo, investigaciones más recientes han señalado la necesidad de profundizar en cómo los contaminantes plásticos pueden dañar a los organismos biológicos, como el cuerpo humano.

Así, el efecto de los microplásticos en la salud pública, ha ido cobrando interés en la comunidad científica.  

Ya para junio del 2022, científicos del Centro de Investigaciones en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR) de la Universidad de Costa Rica contabilizaron la presencia de microplásticos en 24 playas costarricenses. 

Con esto, la investigación advierte que actualmente los costarricenses estamos consumiendo microplásticos, ya que las especies marinas que sirven de alimento ingieren este tipo de material.

Ya se tiene evidencia alrededor del planeta sobre que los componentes químicos de estos residuos, pueden tener efectos biológicos adversos, como la posibilidad de provocar cánceres o alterar el sistema endocrino.

Por esto, desde el 2022, la fundación OneSea comenzó a desarrollar procesos de consulta e investigación, para comprender la realidad de estos residuos en el territorio costarricense.

Como resultado de dichas iniciativas, se concretó la formulación de un proyecto de ley colaborativo entre sociedad civil, sector privado y academia, el cual es presentado en el congreso por la diputada Monserrat Ruiz del Partido Liberación Nacional.

Vidas y mares sin microplásticos