Factores como los mencionados anteriormente, parecieran indicar que el consumo de microplástico lleva a las mujeres a estar más expuestas a las consecuencias de estos residuos, por esto es importante abordar el papel que desempeña la desigualdad de género en la exposición de las mujeres a los microplásticos.

Aunque el plástico se encuentra en casi todos los lugares del planeta y supone un riesgo para la salud de todos, las mujeres corren un riesgo especial de sufrir las consecuencias negativas del uso del plástico y la contaminación. 

Un ejemplo de esto es el uso del bisfenol A (BPA), un compuesto industrial que encontramos en la mayoría de recipientes cosméticos, utilizado para añadir durabilidad a los plásticos de policarbonato. Al examinar la relación entre el BPA y las alteraciones endocrinas, un estudio descubrió niveles más altos de BPA en mujeres con síndrome de ovario poliquístico y una asociación entre el BPA y andrógenos elevados, como la testosterona y la androstenediona. Este estudio señaló que el BPA podría estar desempeñando un papel en la alteración de los sistemas hormonales y reproductivos humanos. 

Según la organización “Women Engage for a Common Future”, muchos de los acercamientos sobre el género hacia la salud, la apariencia y los roles domésticos influyen en que las mujeres estén expuestas a estos compuestos nocivos en los productos de belleza, cuidado personal y limpieza. Los artículos que se comercializan específicamente para las mujeres, tienen más probabilidades de crear o contener microplásticos que los productos para hombres, como los cosméticos brillantes o los productos de higiene desechables.