Esta es una época del año que muchos esperan con ansias pues perciben un ambiente de hermandad y felicidad. Es un momento que es aprovechado para compartir y celebrar con amigos y en familia. Lastimosamente, la gran mayoría de las prácticas y celebraciones que se llevan a acabo en estos días generan severos daños al medio ambiente.
Es probable que entre los impactos más evidentes esté el aumento en la producción de basura y sus consecuencias. Al igual que durante el Viernes Negro, el frenesí de consumo de estos días, dispara la generación de desperdicios sólidos como plásticos y papel, mucho provenientes de tan solo los empaques y embalajes de los productos adquiridos y un gran porcentaje de estos residuos terminará en ríos y océanos del planeta.
En los países desarrollados como EEUU, Inglaterra o España, un ciudadano promedio genera un kilogramo de desperdicios por día, pero durante la época navideña la cifra aumenta en un 75%. Por lo tanto una familia de cuatro personas es capaz de producir basura para llenar 204 contenedores durante 12 años.
Con las celebraciones y cenas, aumenta el consumo de bebidas alcohólicas incrementando en un 50% los desperdicios de botellas y vidrio. Los residuos de papel también aumentan en un 35%, pero tal vez entre lo más preocupante es el constante aumento de desperdicios tecnológicos, los cuales son altamente contaminantes y con mayor crecimiento en los últimos años.
Solo con la compra de juguetes se dispara el consumo de baterías desechables. Las baterías son residuos muy tóxicos y peligrosos que en cualquier espacio afecta al medio ambiente de manera irremediable. Estas dañan la calidad del suelo y del agua y puede afectar la salud de las personas. Además, hay que agregar las baterías de todos los teléfonos inteligentes nuevos y las computadoras, así como de cualquier otro aparato tecnológico que serían adquiridos, aparte de los aparatos viejos que serían desechados o sustituido por el modelo nuevo.
Pero el impacto ambiental de la Navidad no se limita a solo el incremento en la generación de basura, también tenemos que tomar en cuenta que durante estas fechas y con el aumento de las cenas y celebraciones se dispara el consumo de electricidad y combustibles, que se traduce en mayor generación de energía y el uso de recursos hídricos y térmicos, generando mayor CO2 y gases de efecto invernadero.
El tradicional árbol de Navidad es una práctica atractiva y que llena de ricos aromas y ambiente navideño las salas de la mayoría de los hogares, pero esto no solo va a matar a un árbol de forma innecesaria, sino que además dejará cientos de hectáreas sin vegetación promoviendo la erosión y la pérdida de nutrientes y fertilidad en la tierra. A parte de que en muchos casos, finalizada la época navideña estos árboles son llevados a botaderos o en el peor de los casos, son quemados en plena vía pública.
Otra práctica común en estas fechas es la de comprar y usar fuegos artificiales. Si bien son entretenidos y muy llamativos, según La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU, los fuegos artificiales producen contaminantes atmosféricos. Muchos de estos contaminantes como el perclorato de sodio y algunos metales pesados pueden afectar los ecosistemas e incluso la salud pública, en especial en personas con problemas respiratorios como el asma. La cantidad de fuegos artificiales que se usan en estas fechas es excesiva y más aun durante la noche del 24, 25, y 31 de diciembre, así como el 1 de enero.
Es por esto que en One Sea queremos hacer un llamado a todas y todos para que reflexionemos en estas épocas y tomemos consciencia de los impactos que nuestras prácticas y celebraciones traerán al medio ambiente y tratemos de reducir nuestra huella ambiental al máximo.
- Evitemos usar vajillas desechables en las cenas y celebraciones y tratemos de aprovechar al máximo los espacios de los carros para trasladarnos o mejor aún, usar el transporte público.
- Para ahorrar electricidad, usemos bombillos de bajo consumo, tratemos de mantener solo la iluminación necesaria y desconectar cualquier electrodoméstico que no se esté utilizando.
- A la hora de comprar nuestros regalos, procuremos buscar cosas útiles y que de verdad ocupemos y así evitar consumir productos innecesarios. Además, en la medida de lo posible busquemos alternativas a esos productos, fabricados con prácticas amigables o de materiales reciclables.
- También, tratemos de rechazar las bolsas plásticas que nos den en los comercios y considere si es necesario tener un árbol muriendo cada año en la sala de la casa. Siempre hay alternativas para poder decorar la casa y traer ese ambiente navideño sin generar tanto daño al medio ambiente.
Cualquier cosa o esfuerzo que hagamos que ayude a reducir nuestra huella ambiental es muy valiosa y por eso en One Sea, les queremos desear una muy feliz, conciente y verde Navidad!