No importan por dónde lo veamos, pareciera ser que el planeta no tiene escapatoria de los daños ambientales y en salud pública generados por la contaminación de plástico. Costa Rica, al igual que muchos países alrededor del mundo, están uniendo esfuerzos por tratar de mitigar la huella ambiental ocasionada por el hombre. A través de organismos como la ONU, se han centrado esfuerzos en reducir la acidificación, la sobre explotación pesquera y la contaminación por plásticos. Así como mecanismos que buscan reducir y eliminar el consumo de plástico de un solo uso.
Estudios científicos liderados por la costarricense oriunda de Limón, María Arias, revelan una preocupante característica encontrada en los microplásticos, que podría amenazar la salud humana del planeta. Según los resultados de la investigación de la limonense desarrollado en Alemania como parte de su tesis de grado, los microplásticos son guaridas perfectas para que bacterias resistentes a antibióticos, se desarrollen e intercambien genes con otras bacterias, volviéndolas más fuertes e invulnerables.
¿Qué es un Microplástico?
Con el paso del tiempo, el plástico de consumo diario, tiende a degradarse, liberando residuos milimétricos llamados microplásticos. Tras su uso, su desecho, la exposición a la radiación ultravioleta, así como la acción del agua, favorece para que el plástico se convierta en fragmentos desde menos de 5 milímetros hasta proporciones nanométricas, es decir una millonésima parte de un milímetro.
Estas partículas plásticas llegan a ríos, lagos, océanos y diversos cuerpos de agua, generando serias consecuencias ambientales. Se estima que en poco tiempo, todos los animales de consumo humano, habrán consumido microplásticos, alterando seriamente las cadenas alimenticias.
Reproducción de Súper Bacterias
Las bacterias a diferencia de los humanos que evolucionamos de forma vertical através de la mutación del ADN, que se hereda a la descendencia de un organismo, estas pueden intercambiar genes de manera horizontal. Sin importar si son bacterias de especies distintas, estas pueden compartirse genes que les ayuden a sobrevivir mejor. Básicamente, se comparten las herramientas adquiridas de manera individual y así ambas tendrán mejores armas de sobrevivencia.
De esta forma, bacterias que han logrado desarrollar defensas contra antibióticos, están transmitiendo el gen a otras para poder producir una proteína que degrada esa sustancia que las mata. Según la investigación de doctorado de María Arias, quién además trabaja, para el Instituto Regional de Estudios sobre Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional de Costa Rica, el plástico tiene una superficie con características muy aptas para que las bacterias sobrevivan, reproduzcan y evoluciones juntas.
Las superficies plásticas en especial en las partes con mayor relieve, son condiciones perfectas para que las bacterias de adhieran. Al llegar a un cuerpo de agua, estas se van uniendo unas con otras hasta crear una biopelícula. Esta biopelícula, es todo un microecosistemas donde las bacterias intercambian comida, se comunican y comparten genes. Volviéndose resistente a medicamentos.
Lo más preocupante de esto, es que los microplásticos son extremadamente resistentes, perdurando en el ambiente por cientos de años. Además, tiene una capacidad prácticamente ilimitada de viajar, convirtiéndolos en un problema sin fronteras. Una vez en el océano, estos pueden viajar por todo el planeta, llevando bacterias consigo, volviéndose cada vez más fuertes. No por nada las bacterias han sido tan eficientes colonizando el planeta.
Esta es una razón más por la cual no podemos bajar la guardia ni un solo segundo en la lucha por la protección de nuestros océanos y el planeta. Tenemos que redoblar esfuerzos por reducir nuestra propia huella ambiental y eliminar por completo y de una vez por todas el consumo de plástico de un solo uso. Todo se empieza por rechazar, reusar, reducir y reciclar todos los productos plásticos. Contacte a OneSea.org hoy y aprenda cómo ser parte del cambio.