1. Detener el cambio climático es el paso más difícil pero más importante que podemos dar para la salud de los océanos. Esta tareas es integrada entre varios de las problemáticas que afectan los mares. Sin embargo, la principal acción para atender esto, recae en la voluntad política. Es el momento en el que necesitamos compromisos nacionales ambiciosos para lograr la neutralidad de carbono, estrategias de mitigación y adaptación en los territorios y el adecuado manejo de los bienes naturales, todo esto es vital para cumplir las ambiciones en la conservación oceánica y el Acuerdo de París. 

2. La transición energética. Mediante la aplicación de energías renovables y matrices descarbonizadas, podremos construir con puertos electrificados y buques de bajas emisiones, así se ayudaría a eliminar la epidemia de ruido oceánico ensordecedor, abordaría las injusticias ambientales asociadas a la contaminación en los puertos, haría que los vertidos de petróleo fueran cosa del pasado y reduciría significativamente las emisiones globales.

3. La revolución azul. La acuicultura ha aumentado más de un 1.000% en los últimos tiempos, así la revolución azul, o industrialización de la cadena de producción de alimentos provenientes de los océanos, ha incluido tropiezos similares a los de la agricultura extensiva: contaminación química, contaminación genética y destrucción del hábitat. Pero la revolución azul aún puede mejorar. Si se cultiva en los lugares adecuados, con las especies adecuadas y las prácticas correctas, la acuicultura podría ser beneficiosa para la salud humana y ambiental. La investigación alimentaria oceánica (por ejemplo, sobre alimentos de origen vegetal y celular) también podría ayudarnos a satisfacer la creciente demanda de productos del mar de forma sostenible.

4. Poner fin a la contaminación por plásticos. La contaminación por plásticos es el nuevo cáncer del océano. Tenemos que prohibir los plásticos innecesarios y gravar en nuestros Estados los plásticos de un solo uso. De esta manera podemos transformar los plásticos en materiales valiosos para su  recuperación, ayudando a pagar el coste total de sus impactos ambientales. Necesitamos investigación y tecnología para evitar que los plásticos se filtren al mar, revisar nuestros sistemas de reciclaje y diseñar nuevas alternativas económicamente viables a los plásticos. Estos avances podrían acelerarse con la propuesta de algún instrumento internacional sobre la contaminación por plásticos.