Costa Rica da inicio a estudios para la reactivación de la pesca de arrastre
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OneBlog, Fundación OneSea, Costa Rica
Tras cumplir un mes desde el anuncio del nuevo estudio sobre la pesca de arrastre en los mares costarricenses, el diseño del proyecto está listo para comenzar operaciones en abril.
A pesar que diferentes sectores de sociedad civil y academia, argumentaron la falta de criticidad técnica y científica en la propuesta del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA), la iniciativa ha seguido su curso, junto con el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), ente que acompañará el proceso.
Un acercamiento al proceso
Con 8 barcos autorizados, el proyecto de pesca de camarón de profundidad comenzó el premuestreo, para el estudio sobre la viabilidad de esta arte de pesca tan comentada por el sector ambientalista costarricense.
Muy poco se ha comunicado sobre el proceso del estudio, aparte de que se aplicará a partir de este abril y que el MINAE acompañará dichas embarcaciones. Esto es alarmante ya que no es de fácil acceso al público perfil de proyecto con el cual se pretende reactivar la pesca de camarón a profundidad.
La pesca de arrastre es la práctica de “arrastrar” una red de pesca lastrada por el océano para capturar mariscos. A medida que la red se arrastra por el fondo marino, el hábitat vivo que encuentra a su paso es aplastado y arrancado por el peso de esta misma.
En Costa Rica, históricamente se ha utilizado para la captura de camarón en puntos estratégicos, como el Golfo de Nicoya, un ecosistema, que según expertos, ya tiene grandes impactos en su ecología por las prácticas de arrastre en la zona, realizadas entre el periodo 1991 – 1999.
Los daños de la pesca de arrastre de fondo no se limitan a la destrucción del hábitat. A medida que la red se arrastra por el fondo marino, todas las criaturas que encuentra a su paso -peces, animales, mamíferos marinos, plantas y tortugas- son recogidas por esta.
Estos son los principales factores por los cuales la ciencia conservacionista se ha posicionado en contra de dicha práctica.
Según los comunicados de prensa, los barcos seleccionados que aplicaran las técnicas, son del sector privado, esto para abaratar los costos de operaciones, menciona el Ministro de ambiente Franz Tattenbach. Además irán acompañados por funcionarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), para realizar la supervisión del proyecto.
Para Damián Martínez, biólogo marino, exponer a funcionarios del SINAC a valorar la sostenibilidad ambiental de una pesquería sin las capacitaciones adecuadas previas y sin un acompañamiento de las unidades académicas de las Universidades, sería una irresponsabilidad. Previo al involucramiento del SINAC en estos estudios pesqueros, es menester fortalecer el Programa Marino de SINAC con recurso humano, capacitación y equipo.
El futuro de la conservación marina y la pesca de arrastre
Históricamente, los enfoques para reducir los efectos negativos de la pesca de arrastre de fondo se han centrado en la mejora de la gestión pesquera o en diversas formas de restricción. Las mejoras han hecho que la pesca de arrastre tenga un impacto menor, con artes mejoradas para reducir la intensidad de su contacto con el lecho marino, y en algunos lugares la huella de esta industria se ha estabilizado o incluso ha disminuido (aunque, en particular, la huella en las naciones con regulaciones mínimas sigue creciendo).
Las restricciones han ido desde prohibiciones (por ejemplo, en Indonesia y Costa Rica) hasta transiciones escalonadas y adecuadamente financiadas (por ejemplo, en Hong Kong y Belice). Cualquiera que sea el mecanismo, está claro que sólo apoyando planteamientos justos, constructivos y holísticos se resolverá el actual e intratable debate sobre el futuro de la pesca de arrastre.
A pesar del criticado debate, existe un sorprendente nivel de consenso entre algunos sectores de la industria pesquera, investigadores, gobiernos, sociedad civil y ONG sobre el hecho de que la pesca de arrastre de fondo presenta retos únicos y críticos para los objetivos medioambientales, sociales y climáticos de la pesca.
Por tanto, existe la esperanza de que, si todas las partes pueden colaborar de forma más constructiva, podamos avanzar hacia un futuro más sostenible, en el que se respeten los derechos de quienes trabajan en el sector y de quienes se ven afectados por él.
Por esto desde OneSea, sabemos que es hora de nuevas ideas y nuevas ambiciones en el polarizante debate sobre la pesca de arrastre. Sólo si nos enfrentamos a estas preguntas difíciles pero necesarias, podremos garantizar una pesca sostenible y socialmente justa, para las comunidades pesqueras y la fauna marina.
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