Todos queremos disfrutar de una buena calidad de vida y para ello debemos proteger al planeta. La diferencia entre ser uno más, que por moda asegura tener conciencia ambiental y verdaderamente hacer una diferencia, está en la voluntad.
Los estilos de vida modernos provocan que un ciudadano promedio genere unos 500 kilogramos de residuos por año. Gran parte de éstos van a dar a los océanos y otros a botaderos, generando contaminación y gases de efecto invernadero si no son bien tratados. Saber cómo seleccionar los residuos caseros es el primer paso a un cambio de vida y a la verdadera voluntad de proteger a la madre tierra.
Cómo Seleccionar y Manejar los Residuos Caseros
El primer paso para hacer un manejo adecuado de nuestros desperdicios es clasificarlos desde la fuente, para esto es necesario contar con al menos 5 recipientes distintos dónde disponerlos, dependiendo de sus características y clasificación. Utilizar recipientes de distintos colores es una forma práctica de distinguir el tipo de desperdicio que se debe botar ahí. En realidad no existe una regla específica ni la obligación de utilizar los mismos colores. Incluso se pueden diferenciar por medio de etiquetas, pero universalmente es común encontrarlos distribuidos de la siguiente manera:
Contenedor de Reciclaje Gris:
Materia orgánica y todo tipo de restos de comida, pañales y otros productos de higiene personal y todo con lo que tengamos alguna duda. Sin embargo, la materia orgánica es mejor usarla para producir compost u otras técnicas para aprovecharla y evitar que genere gases de efecto invernadero en los botaderos.
Contenedor de Reciclaje Amarillo:
Todo tipo de envases y envoltorios de aluminio, latas, plástico y briks, tapas de botellas, bandejas desechables, papel de aluminio, botellas de agua y todo tipo envases con recubrimientos de materiales metálicos y plásticos que no pueden ir con el papel. Es importante al menos enjuagar los envases antes de botarlos.
Contenedor de Recilaje Verde:
Botellas de vidrio de cualquier color, tarros de vidrio, frascos de conservas y tarros de cosméticos, colonias, perfumes, botellas de cerveza y vino. Es importante lavar bien los recipientes antes de botarlos y asegurarse que no vayan con tapas de plástico ni etiquetas de papel.
Contenedor de Reciclaje Azul:
Papel, cartón, periódicos, revistas, propaganda, cajas de cartón, envases de cartón para huevos, facturas, bolsas de papel, libros, cuadernos, cajas de zapatos. Es muy útil doblar y aplanar los papeles y las cajas separarlas y aplastarlas, de modo que se mantenga mejor orden y ganemos espacio.
Contenedor de Reciclaje Negro:
Otros desperdicios. En este podemos depositar desechos peligrosos y tecnológicos. Este tipo de desperdicios requieren manejos especializados y no se pueden desechar de manera tradicional. Es mejor acumularlos en estos recipientes mientras puedan ser llevados a locales o establecimientos dedicados a estos manejos. Productos como baterías, bombillos, tubos fluorescentes, toners de impresoras y hasta tu teléfono movil viejo.
Teniendo ya los recipientes listos, puedes iniciar con la selección de tus desperdicios. Es importante siempre separar primero los desechos orgánicos de los no orgánicos. Recuerda que en los orgánicos se encuentra la fertilidad de nuestra tierra y es mejor usarlos en composteras u otras técnicas para mejorar la calidad de la tierra. Después puedes continuar depositando el resto según el color o la clasificación que ya les asignaste.
Es un mínimo de esfuerzo que nos recompensa con mejor calidad de vida y un planeta más sano para todos. Es solo una cuestión de voluntad verdadera.